#19 - Starbucks nos ha usado

A las buenas,

Sí, lo sé.

Un café con leche de 6 pavos.

Me encanta.

Es lo que desayuné a diario con mi amigo Carlos durante un mes durante nuestro viaje por Estados Unidos en 2012.

Y si por aquel entonces no teníamos mucho dinero, pagar $6 por un café era algo desorbitado.

Pero, ¿qué nos ofrecía? Pues wifi gratis. Que cuando estás al otro lado del charco es algo que tu familia aprecia.

Porque muchas veces el producto que ofreces no es lo único que cuenta en una marca.

Ofreces un servicio. Una comodidad. Un bienestar. Qué en muchas ocasiones va más allá del propio producto.

La manzana mordida lo hace muy bien en este aspecto.

Anyways…

-“Hola, ¿qué desea?”

— “Un Frappuccino con caramelo. Extra de café”

-”¿Nombre”?

— Valerie

Y tu café viene con esto…

Empezamos el email de hoy.

Starbucks organizó una campaña a nivel mundial para escribir los nombres de los propietarios de sus cafés de manera cómica a propósito. Parecía que no habían entendido tu nombre. Un fallo humano, pensabas.

Lo leías. Te parecía gracioso.

¿Y qué hacías? Pues lo subías a Instagram.

— “Gente, soy vagina para Starbucks”

“jajaja, LOL, KEKW, me muero…”

La marca americana estaba consiguiendo un branding gratuito en las redes sociales simplemente escribiendo mal tu nombre. A posta.

Y se hizo extremadamente viral a nivel mundial…

¿Aprendizajes?

Pensar fuera de la caja, o salir de la zona de confort, o como nos gusta llamarlo en Yamato “Think out the confort” permite a las empresas generar un impacto masivo y gratuito simplemente haciendo partícipe al cliente con una situación que a priori parece arbitraria.

Pues no lo es. Nunca lo es.

Y como dijimos en el Pulso Diario de ayer, quizás pedirte un Starbucks dos veces por semana denota que no te va tan mal como piensas.

Y hablando de cafés, ya puedes invitarme a uno si consideras que estos 3 minutos merecen la pena. Un poquito más abajo…

Nos leemos el lunes.

PD: Hicimos un blog del viaje por USA. Lo mismo te interesa leerlo.