#180 - Agassi, Becker y la IA

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Andre Agassi y Boris Becker, son dos leyendas de la historia del tenis.

Entablaron una rivalidad legendaria.

Sus estilos de juego eran opuestos.

Mientras Agassi era conocido por su habilidad en el fondo de la pista, su agresividad y su capacidad para devolver golpes desde cualquier posición, Becker se destacaba por su saque potente y su habilidad en la red.

Sin embargo, el famoso saque de Becker nunca fue muy efectivo contra Agassi.

En 2009, cuando el tenista de Las Vegas publicó su autobiografía, reveló un secreto que mantuvo oculto durante años.

Agassi descubrió que Becker, sin darse cuenta, hacía un movimiento con la lengua que delataba el tipo de saque que estaba a punto de efectuar. Gracias a ese gesto que había pasado desapercibido para el resto de sus rivales y para millones de espectadores, Agassi logró descifrar ese aspecto clave del juego de su rival.

Así lo cuenta en su libro: «Becker era un poco obvio. Hacía un movimiento recurrente con la lengua cuando se balanceaba para ejecutar el saque: si cerraba la boca, el saque iba al centro de la pista; si deslizaba la lengua hacia un costado, entonces seguramente realizaba un saque abierto».

«La parte más difícil fue ocultar que había detectado su punto débil, así que tuve que resistir la tentación de usar esta ventaja continuamente y elegir sólo los momentos adecuados», confesó.

Algo muy similar a lo que pasó con Enigma y los nazis. Pero esto va en otro email.

Agassi tenía, en el mundo del tenis, una superinteligencia que le permitía detectar rasgos casi imperceptibles para predecir la dirección de un saque.

¿Y qué coño tiene esto que ver con la IA?

La IA está basada en redes neuronales.

Una red neuronal funciona de la misma manera: detecta atributos que le permiten identificar si una imagen es o no la de un perro, si hay un tumor en la imagen de un pulmón o qué emoción en particular expresa la voz de una persona.

Estos atributos permiten sacar conclusiones y tomar buenas decisiones en dominios muy específicos.

Como a Agassi, nadie le enseña a una red neuronal cuál es el mejor atributo para poder predecir algo. Tiene que descubrirlo a partir de una pila abismal de datos.

Leer los atributos del adversario permite anticipar las acciones y movimientos del oponente y ajustar las estrategias y tácticas en consecuencia. La IA lo hace para conseguir mejores resultados a nuestras peticiones.

Nos leemos mañana.