Suélteme el brazo, por favor

Pulso Diario #374

👓  Tiempo de lectura: 1 minuto 17 segundos

Una de las cosas que más me molestan es lo que hacen las empresas cuando te quieres ir.

De repente, pasan de hacerte un ghosting absoluto, a ser tu crash.

  • 25% de descuento durante 1 año.

  • 9 páginas con todo lo que voy a perder.

  • Regalos varios.

  • Qué confirme la anulación por mi parte. Otra vez.

  • Dos nuevos botones, uno de ellos con “anular cancelación” en verdecito.

  • Qué, por razones de seguridad, debo hablar con el departamento de calidad y hacer la anulación vía telefónica.

Esta última me pasó hace poco y me pareció absolutamente demencial. Haré un post dedicado a ello.

¿Me podéis soltar el brazo, por favor?

M-E-Q-U-I-E-R-O-I-R

¿Tan difícil es entender que un cliente quiera dejar de usar tus servicios?

Si no me cuidas, no me premias, no me mimas y pasas de mi culo durante dos años, pues me voy a zumbar al vecino, es lo que hay.

Ahora no trates de arreglar una situación de abandono y déjame explorar “nuevas vías”.

¿Hay que tratar de que los clientes no se vayan y ofrecerles algo para que se queden?

Sí.

¿Hay que acosar a los clientes con burdas técnicas de manipulación para tratar de que se queden sea como sea?

No.

¿O a acaso crees que el cliente se va a poner contento cuando crea que ha cancelado un servicio y, gracias a la manipulación de los botones, vea que sigue suscrito y que sigue pagando?

No.

Cuida a tus clientes mientras son tus clientes, no cuando se zumban a otro porque has sido un compañero de viaje de mierda.

Aplíquese a otras facetas de la vida.

A la gente se la retiene con un buen servicio, no con estas jugarretas propias de 2005.

Cutres

Nos leemos mañana.