#318 - Zalando sí sabe cerrar rondas de financiación

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Lo de hoy, lo de hoy te va a encantar.

2008.

Robert Gentz y David Schneider, fundadores de Zalando, se enfrentan a una de las cosas más difíciles cuando montas una startup.

Conseguir pasta.

Para ello, se hace lo que se conoce como pitch.

Un periodo de 3-5 minutos para explicar que hace tu empresa, que aporta y que la gente que te está escuchando te ponga los billets encima de la mesa.

¿Difícil?

No. Dificilísimo.

Uno de los fundadores, en su pitch, dijo a los posibles inversores que Zalando nunca colgaba el teléfono y que el equipo atendería cualquier llamada, sin importar el tipo, sin importar la hora.

Es una afirmación contundente.

Para ponerlos a prueba, un inversor (el tocabolas) decidió llamarles a altas horas de la noche y pidió una pizza.

El equipo de Zalando, en lugar de colgar o decir que no era su trabajo, le envió la pizza de verdad.

Este gesto impresionó al inversor, que luego participó en la ronda de financiación.

La anécdota se volvió emblemática porque mostraba hasta qué punto estaban dispuestos a llegar para servir y convencer.

Más allá del storytelling, reflejaba una mentalidad de obsesión total por el cliente, que conectó con inversores como Rocket Internet, quienes acabaron invirtiendo y ayudando a escalar la compañía masivamente en Europa.

En 2024, Zalando facturó 10,600 millones de euros.

Nos leemos el lunes.