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#282 - El talento no existe, se hace
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Hoy vas a conocer una de las historias más fascinantes del ajedrez y la psicología educativa.
Las hermanas Polgár.
Su padre, László Polgár, era un psicólogo húngaro que creía firmemente que “los genios no nacen, se hacen”.
E hizo un “experimento” para demostrarlo.
Tenía una teoría. Cualquier niño sano puede llegar a ser un genio en cualquier disciplina si recibe el entorno y entrenamiento adecuados desde muy temprana edad.
¿Y que mejor forma de demostrarlo que hacerlo con sus propios descendientes?
Manos a la obra.
Publicó en el MilAnuncios de 1960 buscando una mujer con ideas afines que estuviera dispuesta a participar en su “experimento pedagógico”.
Romántico, lo que viene siendo romántico, no era.
“Busco mujer para crear familia de genios. Interesadas, DM”.
Creo que la cancelación en redes sociales se originó con este anuncio.
Pero Klara, una maestra ucraniana de origen judío, aceptó.
Se casaron y decidieron que su campo de especialización sería… el ajedrez, aunque ninguno de los dos era jugador experto.
Tuvieron 3 hijas.
1. Susan (Zsuzsa) Polgár (nacida en 1969)
A los 4 años ya jugaba partidas contra adultos.
A los 15, fue la número 1 femenina del mundo.
En 1991, se convirtió en la primera mujer en lograr el título de Gran Maestro Internacional bajo los mismos requisitos que los hombres.
2. Sofia Polgár (nacida en 1974)
Tal vez la menos conocida, pero una prodigio igualmente.
Su logro más famoso fue el “Milagro de Roma” en 1989, donde aplastó a varios Grandes Maestros en un torneo internacional, incluyendo 8,5 puntos de 9 posibles.
Su estilo era muy creativo y agresivo.
3. Judit Polgár (nacida en 1976)
Considerada la mejor ajedrecista femenina de todos los tiempos.
A los 12 años ya era la número 1 femenina del mundo, superando a Susan.
A los 15, se convirtió en la Gran Maestro más joven de la historia en ese momento, batiendo el récord de Bobby Fischer.
Judit compitió siempre en torneos masculinos y llegó a estar entre los 10 mejores jugadores del mundo. Derrotó a campeones como Kasparov, Karpov y Anand.
Nada más que añadir, señoría.
El experimento no solo impactó el mundo del ajedrez, si no que puso en duda la visión tradicional del talento como algo innato.
László defendía que la educación temprana intensiva, combinada con pasión y apoyo familiar, podía producir excelencia en cualquier campo.
Sencillamente, fascinante.
Nos leemos mañana.
PD: Creo que debería poner un anuncio yo también.
PD2: Busco mujer. Y con eso creo que ya estaría.